Fernando, originario de la Ciudad de México, descubrió su pasión por los alebrijes a través de una conexión orgánica con el arte. Fue el encuentro con un alebrije tradicional lo que despertó en él una profunda transformación creativa.

A partir de ahí, comenzó a fusionar la tradición con su visión personal. Sus piezas, llenas de color y surrealismo, desafían las formas clásicas, Hoy, Fernando es reconocido por reinventar el alebrije, uniendo lo ancestral con lo moderno en cada creación. Su obra se exhibe con orgullo en Mundo Callado, un testimonio de su evolución artística.